En Burkina Faso, la ciudad de Koudougou, la tercera urbe del país, puede ser un buen lugar para hospedarse y convertirse en la base de operaciones para recorrer la zona occidental de este estado. Se trata de una ciudad con unos 40.000 habitantes, y ahí podremos encontrar restaurantes, mercados, hoteles y hasta un austero albergue para los mochileros más escasos de recursos. Foto: Flickr.com Desde allí, desde Koudougou, podremos ir haciar el sur por una pista de tierra y en una media hora se llega a Sabou. En este lugar, su principal reclamo es el lago, poblado por numerosos cocodrilos. Hasta aquí todo parece normal para la zona del continente africano donde nos encontramos. No obstante, la gran sorpresa llega cuando vemos como esos enormes cocodrilos abren sus inmensas bocas serradas por afilados dientes y hay hombres que se atreven a permanecer quietos ante ellos y estos animales salvajes que acabarían con ellos en cuestión de segundos, no sólo no les atacan, sino que ni se inmutan. Si preguntas a los lugareños para que te expliquen ese fenómeno, acabarán muy pronto con la explicación: es que son cocodrilos sagrados. Te lo puedes creer o no, pero el hecho es que no atacan a los hombres. Atención, no te fíes, ni de éstos ni de cualquier otro cocodrilo. Lo que si tiene una explicación lógica es el porqué abren los cocodrilos habitualmente sus fauces y las dejan un buen rato abiertas. Es para que se metan moscas, de manera que cuando se sumergen llevan un cargamento de moscas, que muestran a los peces, y ellos mismos van a parar a su boca, pescando así de la manera más descansada posible. |
lunes, 25 de enero de 2010
Cocodrilos sagrados de Sabou
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